1946 : Let There Be Light
Que se haga la luz
Dirección: John Huston.
Producción : John Huston; U.S. Army Pictorial Service, Signal Corps, U.S. War Department.
País: Estados Unidos.
Guión: John Huston, Charles Kaufman.
Reparto: Charles Clary, Doris Pawn, Jim Mason, Lon Chaney, Milton Ross, Ethel Grey Terry, Kenneth Harlan, Claire Adams, Montgomery Carlyle, Cesare Gravina, Lee Phelps, Madlaine Traverse, Edouard Trebaol, Clarence Wilson.
Narrador: Salter Huston (Padre de John)
Fotografía: Stanley Cortez, John Doran, Lloyd Fromm, Joseph Jackman, George Smith.
Montaje: William H. Reynolds, Gene Fowler Jr..
Vestuario: Gordon Magee.
Efectos especiales: Friend Baker y Phil Whitman.
Música: Dimitri Tiomkin.
Duración: 58 minutos.
Distribuidora: U.S. Army.
Productora: U.S. Army Pictorial Service / Signal Corps (War Department).
John Marcellus Huston nació el 5 de agosto de 1906 en Nevada, Missouri (Estados Unidos) y falleció el 28 de agosto de 1987 en Middletown, Rhode Island. Fue director, guionista y actor, con una carrera de décadas en Hollywood. Pertenecía a una familia artística: su padre Walter Huston era actor y su hija Anjelica Huston también lo es.
Tuvo una peculiar vida aventurera; fue boxeador, pintor, periodista y viajero. Recibió múltiples nominaciones al Oscar solamente ganó dos: mejor director y mejor guion adaptado por El tesoro de Sierra Madre.
Su primera película, El halcón maltés (The Maltese Falcon), protagonizada por Humphrey Bogart, Mary Astor, Peter Lorre y Sydney Greenstreet (que debutaba en cine a los 62 años) está considerada una de las primeras grandes películas del cine negro. Con su atmósfera sombría, diálogos agudos y personajes ambiguos, definió el estilo del género.
Su estilo mezcla de realismo con elementos literarios o simbólicos a través de personajes con conflictos morales o existenciales, muchas veces abocados al fracaso o la contradicción.
Analizaremos con un poco más de detalle su obra.
Estilo visual
Huston utiliza luces y sombras para crear tensión, dramatismo y profundidad psicológica. Un uso del claroscuro y la composición, probablemente influenciado por el expresionismo alemán y el cine negro. También es destacable el uso de planos amplios y escenarios naturales. Son históricas sus localizaciones reales en desiertos, selvas u océanos, integrando el entorno en la narrativa. Sirvan de ejemplo La reina de África o El tesoro de Sierra Madre.
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Encuadres geométricos y simbólicos: marcos naturales para aislar personajes o enfatizar su conflicto interno. |
Huston evita movimientos de cámara innecesarios, algo que podemos definir como "dirección de cámara sobria" donde cada plano está cuidadosamente pensado para transmitir información visual y emocional.
Narrativa
Gran parte de su filmografía son adaptaciones literarias. Novelas, historias cortas o piezas teatrales, lo que refleja su respeto por el material original y su habilidad para condensar narrativa compleja.
Los personajes persiguen objetivos materiales, espirituales o morales, a menudo con resultados trágicos o ambiguos. Además, muchas veces los protagonistas no son héroes perfectos; sus decisiones muestran codicia, debilidad o conflicto ético; y sus diálogos son directos, cargados de ironía o tensión.
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El hombre que pudo reinar: Michael Caine y Sean Connery. |
Huston explora la complejidad humana sin caer en simplificaciones.
Estilo y temas recurrentes
- Realismo y autenticidad. Tanto en la ambientación como en la interpretación de actores, Huston busca veracidad, evitando artificios innecesarios.
- Exploración del carácter humano. Fascinado por la psicología de sus personajes, combina acción externa con conflictos internos.
- Aventura y exotismo. Numerosas películas lo llevan a entornos exóticos o peligrosos, mostrando tanto el riesgo físico como la prueba moral de sus protagonistas.
- Pesimismo elegante. La mayoría de sus historias reflejan la fragilidad humana, la codicia y el fracaso de los sueños, pero siempre con estilo narrativo y visual refinado.
- Dirección de actores excepcional. Huston podía obtener interpretaciones naturales y memorables, incluso de actores jóvenes o no profesionales, integrando su presencia a la narrativa.
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1950: La jungla de asfalto. |
En resumen, John Huston combina un "visualismo" poderoso con un interés profundo por los personajes y la ética humana, siempre manteniendo un estilo sobrio, claro y elegante. Su cine es a la vez aventurero y filosófico, donde el mundo físico refleja los conflictos internos de los personajes.
Filmografía
Películas
1941 – El halcón maltés
1942 – Como ella sola
1942 – A través del Pacífico
1943 – Report from the Aleutians
1944 – Victoria en Túnez
1945 – The Battle of San Pietro
1946 – Let there be light
1948 – El tesoro de Sierra Madre
1948 – Cayo Largo
1949 – Éramos desconocidos
1950 – La jungla de asfalto
1951 – Medalla roja al valor
1951 – La reina de África
1952 – Moulin Rouge
1954 – La burla del diablo
1956 – Moby Dick
1957 – Sólo Dios lo sabe
1958 – El bárbaro y la geisha
1958 – Las raíces del cielo
1960 – Los que no perdonan
1961 – Vidas rebeldes
1962 – Freud, pasión secreta
1963 – El último de la lista
1964 – La noche de la iguana
1966 – La Biblia
1967 – Reflejos en un ojo dorado
1967 – Casino Royale (segmento dirigido por Huston)
1968 – La horca puede esperar
1969 – Paseo por el amor y la muerte
1970 – La carta del Kremlin
1972 – Fat City, ciudad dorada
1972 – El juez de la horca
1973 – El hombre de Mackintosh
1975 – El hombre que pudo reinar
1979 – Sangre sabia
1980 – Phobia
1981 – Evasión o victoria
1982 – Annie
1984 – Bajo el volcán
1985 – El honor de los Prizzi
1987 – Dublineses.
Documentales
1943 – Report from the Aleutians
1945 – The Battle of San Pietro
1946 – Let There Be Light.
Let There Be Light
Aunque John Huston es recordado sobre todo por sus grandes clásicos de ficción (que revisaremos en un futuro próximo), los documentales que dirigió en los años cuarenta constituyen un capítulo fundamental en su obra y en la Historia del Cine. Encargados por el ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, estos filmes —Report from the Aleutians (1943), The Battle of San Pietro (1945) y Let There Be Light (1946)— marcaron un punto de inflexión en su manera de mirar la realidad y consolidaron su reputación como un narrador comprometido con la verdad humana.
Para Huston, el documental fue un laboratorio creativo y ético. Allí se enfrentó, sin los filtros del estudio de Hollywood, a situaciones extremas: la vida en un frente inhóspito, la crudeza de una batalla y las heridas invisibles del trauma psicológico. Esa experiencia lo llevó a adoptar un estilo directo, sobrio y profundamente humano que luego trasladó a su cine de ficción, donde los personajes suelen enfrentarse a la fragilidad, el destino y la supervivencia.
La relevancia de estos documentales también reside en su impacto cultural. The Battle of San Pietro es visto como un antecedente del documental de guerra moderno por su tono casi antibélico, mientras que Let There Be Light fue silenciado durante décadas por su retrato sin adornos de la salud mental de los veteranos. Huston no buscaba glorificar la guerra, sino mostrar sus costos humanos, algo que lo distingue de otros directores contemporáneos que también filmaron para el ejército, como Frank Capra o William Wyler.
En suma, los documentales fueron para Huston una prueba de integridad artística y moral: lo obligaron a mirar de frente la realidad y a contarla sin concesiones, reforzando esa mirada crítica y compasiva que caracteriza a toda su filmografía posterior.
Sobre Let There Be Light
El Ejército de Estados Unidos encargó a Huston un documental inicialmente titulado The Returning Psychoneurotics, con el propósito de mostrar que los soldados con trastornos psicológicos podían recuperarse e integrarse de nuevo en la sociedad. Huston investigó en varios hospitales militares y eligió el Mason General Hospital en Long Island como escenario principal.
El título definitivo, Let There Be Light, simboliza sacar a la luz los efectos psicológicos ocultos de la guerra.
Técnica y estilo
Características principales:
- Entrevistas no guionadas y observación directa.
- Cámaras ocultas en las entrevistas, para minimizar la presencia intrusiva.
- Se filmaron más de 70 horas de material, reducido a 58 minutos.
- Se muestran tratamientos como hipnosis, narcosíntesis, terapia de grupo, música y reintegración social.
- Retrato interracial: aparecen soldados blancos y negros en tratamiento, lo cual era notable en un ejército aún segregado.
- El montaje guía al espectador desde el trauma hasta la recuperación.
Veamos este fotograma:
Descripción: Se observa a un soldado estadounidense vestido con chaqueta militar (con la inscripción "USA") siendo examinado por un médico o terapeuta. Las manos del profesional sostienen el rostro del joven, lo que sugiere un acto de diagnóstico o terapia.
- Iluminación y encuadre: La luz es frontal, clara y neutra, sin dramatismos artificiales. Esto subraya el carácter documental, directo, casi clínico de la escena. El fondo liso elimina distracciones, centrando toda la atención en el paciente y en el gesto médico.
- Contenido simbólico: La imagen transmite vulnerabilidad. El soldado, representante de la fuerza y disciplina del ejército, aparece aquí en una situación opuesta: expuesto, necesitado de ayuda. El contacto físico enfatiza la fragilidad psicológica y la relación humana necesaria en el tratamiento.
- Dimensión histórica: Esta secuencia es parte del retrato que Huston hace de los veteranos que sufrían traumas de guerra (lo que hoy llamamos TEPT). El documental fue censurado durante décadas porque mostraba que los héroes de guerra no siempre regresaban ilesos, ni física ni emocionalmente.
- Función narrativa: El fotograma sintetiza la tesis central del filme: la guerra deja heridas invisibles que requieren atención médica y social. Huston se aleja de la épica militar para mostrar la intimidad del sufrimiento humano.
Estreno y censura
Finalizado el montaje en 1946, el ejército norteamericano decidió prohibir su exhibición pública. Se alegó violación de la privacidad de los pacientes, aunque Huston sostuvo que habían firmado autorizaciones que desaparecieron misteriosamente. Es evidente que se buscaba mantener el mito del “soldado invulnerable”.
La prohibición se levantó en 1980. En 1981 fue proyectada en Cannes y posteriormente restaurada. En 2010 fue seleccionada para preservación por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.
La banda sonora
La música en Let There Be Light es un aspecto muy relevante porque refuerza la intención de Huston de dar un tono humano y no propagandístico al documental. La partitura fue escrita por el compositor de origen ruso Dimitri Tiomkin (1894-1979), uno de los grandes músicos de Hollywood, que ya había colaborado con Huston en otros proyectos.
Dimitri Tiomkin participó en decenas de películas como Horizontes perdidos (1937), Juan Nadie (1941), ¡Qué bello es vivir! (1946), Solo ante el peligro (1952), Escrito en el cielo (1954), Crimen perfecto (1954), Tierra de faraones (1955), Gigante (1956), El viejo y el mar (1958), Río Bravo (1959), El Álamo (1960), Los cañones de Navarone (1961) o 55 días en Pekín (1963). Como podréis observar, colaboró con directores como Frank Capra, Alfred Hitchcock, Howard Hawks, William Wyler, y John Wayne aportando grandes temas orquestales, a menudo épicos o heroicos, pero también con canciones memorables como "Do Not Forsake Me" en High Noon, que fue revolucionaria para el Western.
Tiomkin recibió 22 nominaciones a los Premios de la Academia y ganó cuatro premios Oscar; 2 por Solo ante el peligro (High Noon, 1952) [Mejor banda sonora de una película dramática o comedia y Mejor canción original], uno por Escrito en el cielo (The High and the Mighty, 1954) [Mejor banda sonora de una película dramática o comedia], y otro por El viejo y el mar (The Old Man and the Sea, 1958) [Mejor banda sonora de una película dramática o comedia]. Además, en 1955 recibió un Oscar Honorífico de la Academia por sus aportaciones musicales.
Volviendo a Let There Be Light, el carácter musical no es grandilocuente ni heroico, como solía ser en los documentales de guerra propagandísticos. Aquí, Tiomkin optó por un acompañamiento sobrio, casi minimalista, que subraya la vulnerabilidad de los soldados. La música acompaña discretamente las escenas de entrevistas y terapias, aportando un clima de empatía y recogimiento. Se busca resaltar la dimensión humana y emocional, no la épica militar. Frente a la tendencia de su época, donde la música subrayaba la gloria bélica, aquí la partitura funciona como un contrapeso emocional: ayuda al espectador a conectar con el dolor y la fragilidad de los veteranos.
También es relevante el uso del silencio. Huston y Tiomkin también dejaron espacios sin música, donde lo único que se oye son las voces y los gestos de los pacientes. Ese contraste refuerza la autenticidad del documental.
En definitiva, la música de Let There Be Light contribuye a que el filme no sea un instrumento de propaganda, sino un testimonio humano. Tiomkin acompaña la mirada de Huston con sensibilidad, evitando cualquier exceso melodramático que restara credibilidad a lo que se muestra en pantalla.
Legado
Let There Be Light es pionera en el retrato del trauma psicológico y la salud mental en el Cine. Influyó en cineastas posteriores y en el debate ético sobre el documental. Su censura y posterior reivindicación, la convirtieron en símbolo de la tensión entre memoria oficial y verdad humana.
Hoy se estudia en escuelas de cine y está disponible como obra de dominio público en Estados Unidos.
Os dejamos con la película.
Ver documental:
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